El cáncer de mama es uno de los más frecuentes en mujeres. Se produce cuando las células malignas de las mamas se multiplican y se convierten en tumores. Aproximadamente el 80 % de los casos de cáncer de mama son invasivos, lo que significa que un tumor puede propagarse desde la mama a otras partes del cuerpo.
El cáncer de mama afecta principalmente a mujeres mayores de 50 años, aunque también puede afectar a mujeres más jóvenes. Los hombres y las personas con diagnóstico de varón al nacer también pueden padecerlo.
¿Qué causa el cáncer de mama?
El cáncer de mama es una enfermedad compleja, y su causa exacta no se comprende del todo. Es probable que sea el resultado de una combinación de factores genéticos, hormonales, ambientales y de estilo de vida. A continuación, se presentan algunos factores de riesgo conocidos asociados con el desarrollo del cáncer de mama:
Antecedentes familiares: Los antecedentes familiares de cáncer de mama, especialmente en familiares de primer grado (madre, hermana, hija), pueden aumentar el riesgo.
Menstruación precoz/menopausia tardía: las mujeres que comenzaron a menstruar a una edad temprana o entraron en la menopausia a una edad más avanzada pueden tener un riesgo ligeramente mayor.
Cáncer de mama previo: Antecedentes de cáncer de mama aumentan el riesgo de desarrollar cáncer en la otra mama o un nuevo cáncer en la misma mama.
Inactividad física: La falta de actividad física regular se ha relacionado con un mayor riesgo.
Consumo de alcohol: El consumo regular y excesivo de alcohol se asocia con un mayor riesgo.
Exposición a la radiación: La exposición a la radiación ionizante, especialmente durante la adolescencia, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Sexo: Los pacientes mayores de 50 años pueden tener cáncer de mama.
Mutaciones BRCA: Las mutaciones heredadas en los genes BRCA1 y BRCA2 aumentan significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de mama y cáncer de ovario.
Tener uno o más factores de riesgo no garantiza que una persona desarrolle cáncer de mama, y muchas personas diagnosticadas con cáncer de mama no presentan factores de riesgo conocidos. Además, la mayoría de los cánceres de mama se presentan en mujeres sin antecedentes familiares de la enfermedad. Las pruebas de detección periódicas, la detección temprana y un estilo de vida saludable son cruciales para controlar el riesgo de cáncer de mama.
Síntomas del cáncer de mama
El cáncer de mama puede afectar las mamas de diversas maneras. Algunos síntomas son particularmente distintivos. Otros pueden parecer partes de la mama notablemente diferentes del resto. El cáncer de mama podría no presentar síntomas evidentes.
Pero aún así, presenta algunos síntomas como:
Bulto o masa: Un nuevo bulto o engrosamiento en el seno o la axila.
Cambios en el tamaño o la forma de los senos: Cambios inexplicables en el tamaño, la forma o la apariencia de los senos.
Dolor o malestar: Dolor o malestar persistente en el seno o el pezón.
Cambios en la piel: Cambios en la piel, como enrojecimiento, hoyuelos o fruncimientos.
Cambios en el pezón: Cambios en el pezón, como inversión, secreción o descamación.
Hinchazón: Hinchazón o distorsión de parte de la mama.
Estos síntomas también pueden deberse a afecciones distintas del cáncer de mama, pero cualquier cambio persistente debe ser evaluado de inmediato por un profesional de la salud. Las autoexploraciones mamarias regulares, los exámenes clínicos de mama y las mamografías son esenciales para la detección temprana.
¿Cómo diagnosticar el cáncer de mama?
El diagnóstico de cáncer de mama implica una combinación de pruebas de imagen, exámenes clínicos y análisis de laboratorio. Estos son los métodos comunes utilizados en el diagnóstico de cáncer de mama:
Examen clínico de mamas (ECM): un profesional de la salud examina los senos y las áreas circundantes para detectar bultos, cambios de tamaño o forma u otras anomalías.
Autoexámenes de mamas: Se recomienda a las mujeres que se realicen autoexámenes periódicos para detectar cualquier cambio en las mamas, como bultos o anomalías.
Mamografía: Se toman radiografías de la mama para detectar anomalías o tumores que podrían no palparse durante un examen clínico de mama. Las mamografías son una herramienta clave para la detección del cáncer de mama.
Ecografía: Esta técnica de imagen utiliza ondas sonoras para crear una imagen del tejido mamario. La ecografía puede ayudar a determinar si un bulto está lleno de líquido (quiste) o es sólido.
Imágenes por resonancia magnética (IRM): una IRM proporciona imágenes detalladas del tejido mamario y a menudo se utiliza junto con la mamografía para una evaluación más exhaustiva, especialmente en casos de alto riesgo.
Biopsia: Se toma una muestra de tejido de la zona sospechosa y se examina al microscopio para determinar si es cancerosa. Los tipos de biopsia incluyen:
Aspiración con aguja fina (AAF): se utiliza una aguja fina para extraer una pequeña muestra de tejido.
Biopsia con aguja gruesa: se utiliza una aguja más grande para extraer el núcleo del tejido.
Biopsia asistida por vacío: se utiliza un dispositivo especial para recolectar múltiples muestras de tejido.
Biopsia quirúrgica (abierta): procedimiento quirúrgico para extraer una muestra de tejido para su examen.
Prueba de Receptores Hormonales: Esta prueba determina si las células cancerosas tienen receptores de estrógeno, progesterona o HER2. Ayuda a orientar las decisiones de tratamiento, especialmente en lo que respecta a la terapia hormonal y las terapias dirigidas.
Pruebas genéticas: En los casos en que existan antecedentes familiares de cáncer de mama u otros factores de riesgo, se pueden realizar pruebas genéticas para identificar mutaciones genéticas específicas, como BRCA1 o BRCA2.
Proceso de tratamiento
El tratamiento del cáncer de mama varía según el tipo y el estadio del cáncer, así como las características individuales de cada paciente. Las principales modalidades de tratamiento para el cáncer de mama incluyen cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, terapia dirigida e inmunoterapia.
La combinación de estos tratamientos puede utilizarse en una secuencia específica o simultáneamente, según las características específicas del cáncer y el estado de salud general del paciente. A continuación, se presenta un resumen de las principales opciones de tratamiento:
Cirugía:
Lumpectomía: Extirpación del tumor y una pequeña cantidad de tejido circundante.
Mastectomía: Extirpación de toda la mama, que puede ser simple (extirpar toda la mama) o radical (extirpar la mama y los músculos pectorales subyacentes).
Radioterapia:
Radiación de haz externo: rayos de alta energía se dirigen a la mama afectada o a la pared torácica después de la cirugía para matar las células cancerosas restantes.
Radiación interna (braquiterapia): se colocan materiales radiactivos cerca del sitio del tumor para administrar radiación dirigida.
Quimioterapia:
Uso de medicamentos para eliminar o retardar el crecimiento de las células cancerosas. La quimioterapia puede administrarse por vía oral o intravenosa y suele combinarse con cirugía o radioterapia.
Terapia hormonal:
En el caso de los cánceres de mama con receptores hormonales positivos, la terapia hormonal se utiliza para bloquear o reducir los niveles de hormonas que desencadenan ciertos tipos de cáncer de mama. Esto puede incluir medicamentos como el tamoxifeno o los inhibidores de la aromatasa.
Terapia dirigida:
Los fármacos dirigidos actúan sobre moléculas específicas implicadas en el crecimiento del cáncer. Por ejemplo, Herceptin (trastuzumab) se utiliza para el cáncer de mama HER2-positivo.
Inmunoterapia:
Estimula el sistema inmunitario para que reconozca y ataque las células cancerosas. Si bien no se usa con tanta frecuencia en el cáncer de mama como en otros tipos de cáncer, se están realizando investigaciones para explorar su eficacia.
Los planes de tratamiento son personalizados y la combinación y secuencia específicas de terapias dependen de factores como el tipo y estadio del cáncer, el estado del receptor hormonal, el estado de HER2 y la salud general del paciente.
¿Cómo prevenirlo?
Si bien no siempre es posible prevenir el cáncer de mama, existen diversas opciones y estrategias de estilo de vida que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. A continuación, se presentan algunas medidas preventivas:
Detección regular: La detección temprana mediante pruebas regulares, como mamografías, exámenes clínicos de mama y autoexámenes, puede aumentar significativamente las probabilidades de éxito del tratamiento. Siga las pautas de detección recomendadas según la edad y los factores de riesgo.
Opciones de estilo de vida saludable:
Mantenga un peso saludable: La obesidad se asocia con un mayor riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres posmenopáusicas. Adoptar una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente puede ayudar a controlar el peso.
Actividad física regular: Realice actividad física regularmente, como caminar a paso ligero, trotar u otros ejercicios aeróbicos. Intente realizar al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana.
Limite el consumo de alcohol: Limite su consumo, ya que el consumo excesivo de alcohol está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama. Si bebe, hágalo con moderación.
Dieta saludable:
Frutas y verduras: Incluya una variedad de frutas y verduras en su dieta, ya que contienen antioxidantes y otros compuestos que pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer.
Granos integrales: elija granos integrales en lugar de granos refinados para obtener más fibra y nutrientes.
Limite la ingesta de grasas: reduzca las grasas saturadas y trans en su dieta.
Conozca sus antecedentes familiares: Esté al tanto de sus antecedentes familiares de cáncer de mama y otros cánceres relacionados. Si tiene antecedentes familiares, consúltelo con su profesional de la salud para determinar si necesita pruebas de detección adicionales o medidas preventivas.
Asesoramiento y pruebas genéticas: en casos de fuertes antecedentes familiares o ciertos factores de riesgo, se puede considerar el asesoramiento y las pruebas genéticas para identificar mutaciones genéticas específicas (por ejemplo, BRCA1, BRCA2).
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