Nuevas recomendaciones de la Comisión Over Lancet sobre el diagnóstico de la obesidad

El Hospital Erdem valora la iniciativa de la Comisión Lancet de redefinir la clasificación de la obesidad mediante la introducción de los términos «obesidad preclínica» y «obesidad clínica». Sin embargo, el Hospital Erdem alberga serias reservas sobre los posibles efectos negativos de esta propuesta, que podría, inadvertidamente, transformar la percepción de la obesidad de una enfermedad reconocida a un mero indicador de riesgo para la salud. Este cambio podría revertir años de progreso en el establecimiento de la obesidad como una enfermedad compleja, recurrente y crónica con causas multifacéticas.

Principales preocupaciones respecto del sistema de clasificación propuesto

Implicaciones para la cobertura de seguros y el acceso a la atención médica

Segmentar la obesidad en etapas preclínicas y clínicas podría suponer un riesgo significativo para las personas que podrían caer en la categoría «preclínica». A estas personas se les podría negar la cobertura del seguro para tratamientos vitales relacionados con la obesidad, como la farmacoterapia, las intervenciones conductuales estructuradas o la cirugía metabólica.

En Estados Unidos, donde el acceso al tratamiento suele depender de si una afección se clasifica oficialmente como enfermedad, esta redefinición podría excluir a millones de personas de recibir atención oportuna. También es probable que resulte en el aplazamiento de la intervención hasta que la obesidad se agrave, momento en el que se vuelve más resistente al tratamiento. Este modelo desalienta la acción preventiva temprana que, de otro modo, podría minimizar las complicaciones futuras y promover una mejor salud a largo plazo.

 

De la prevención a la reacción: un peligroso cambio de paradigma

Permitir que la obesidad progrese sin control hasta que aparezcan indicadores clínicos, como deterioro orgánico o comorbilidades graves, fomenta un modelo de atención sanitaria reactivo en lugar de uno proactivo. Esto retrasa las intervenciones críticas hasta que el daño irreversible ya está presente, lo que puede aumentar las tasas de mortalidad, las complicaciones y el gasto sanitario.

Dado que la obesidad evoluciona con el tiempo, la atención temprana y continua es crucial para mitigar riesgos como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y el cáncer. Un modelo que aborda la obesidad como un espectro permite a los profesionales de la salud intervenir tempranamente, antes de que se produzcan daños graves.

 

Desafíos diagnósticos entre la obesidad preclínica y clínica

Establecer una distinción clara entre las formas preclínicas y clínicas de la obesidad resulta problemático debido a la naturaleza compleja y cíclica de la enfermedad. Mucho antes de que se manifiesten signos físicos como la insuficiencia orgánica, las personas pueden experimentar inflamación crónica, alteraciones hormonales y desregulación metabólica.

La obesidad también puede provocar problemas mecánicos como deterioro articular, apnea del sueño y sobrecarga del sistema musculoesquelético, independientemente de las complicaciones metabólicas. Además, las investigaciones han vinculado sistemáticamente la obesidad con afecciones de salud mental como el trastorno depresivo mayor, destacando su amplio impacto en la salud física y psicológica.

Herramientas como el Sistema de Estadificación de la Obesidad de Edmonton (EOSS) ya ofrecen un marco matizado para evaluar la gravedad de los riesgos de salud relacionados con la obesidad sin segregar a los pacientes en una etapa preclínica ambigua que pueda retrasar un tratamiento crítico.

 

Riesgo de reforzar el estigma y los conceptos erróneos

Redefinir la obesidad como un factor de riesgo en lugar de como una enfermedad genuina podría alimentar involuntariamente el estigma social y respaldar la creencia engañosa de que la obesidad surge únicamente de deficiencias individuales en lugar de ser un problema médico legítimo que requiere tratamiento y apoyo estructurados.

 

¿Por qué la obesidad debe seguir tratándose como una enfermedad?

La obesidad debe seguir reconociéndose como una enfermedad crónica y recurrente que requiere un enfoque de tratamiento holístico y continuo. De forma similar a cómo el manejo temprano de la prediabetes puede detener la progresión a diabetes, la atención temprana de la obesidad puede prevenir el desarrollo de complicaciones potencialmente mortales.

Los efectos sistémicos de la obesidad, como la inflamación crónica causada por la disfunción del tejido adiposo, la desregulación del hipotálamo y los órganos periféricos, y la acumulación perjudicial de grasa visceral alrededor de órganos vitales, suelen manifestarse mucho antes de que se realice el diagnóstico clínico. Abordar estas alteraciones internas de forma temprana es esencial para proteger la salud a largo plazo.

 

Recomendaciones y llamado a la acción del Hospital Erdem

El Hospital Erdem insta a los líderes sanitarios, a los responsables políticos y a las aseguradoras a adoptar una actitud cautelosa ante las clasificaciones propuestas por la Comisión Lancet. Recomendamos:

  • Preservar la designación de la obesidad como enfermedad para garantizar el acceso ininterrumpido a la atención médica.
  • Utilizar herramientas validadas existentes como la EOSS para evaluar el riesgo sin retrasar la intervención.
  • Priorizar las estrategias de atención preventiva temprana por sobre los modelos de tratamiento en etapa tardía.
  • Mantener el índice de masa corporal (IMC) como una herramienta básica de detección, respaldado por métodos de diagnóstico adicionales, como la relación cintura-cadera y cintura-altura, junto con la evaluación clínica basada en la historia del paciente y el examen físico.
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