Una rotura de menisco no es solo una lesión deportiva, sino un problema de movilidad que puede afectar desde trotar por la mañana hasta subir escaleras. Ya sea durante un entrenamiento, un paso en falso rutinario o un partido intenso en el campo, el resultado suele ser el mismo: dolor, inflamación, rigidez y la persistente duda de qué sigue.
La cirugía de desgarro de menisco es uno de los procedimientos ortopédicos más comunes; sin embargo, muchos pacientes desconocen qué esperar antes, durante ni después de la operación. Este blog es una guía completa y fácil de seguir. Desde el diagnóstico hasta la recuperación, le guiaremos en cada etapa con claridad y confianza.
¿Qué es el menisco y por qué se desgarra?
Cada rodilla tiene dos meniscos, una especie de almohadillas cartilaginosas en forma de C, que se ubican entre el fémur y la tibia. Estas estructuras ayudan a absorber los impactos, estabilizar la articulación y distribuir el peso uniformemente.
Las roturas de menisco suelen ocurrir durante actividades que implican torsiones, pivoteos o frenadas repentinas, comunes en deportes como el baloncesto, el fútbol americano, el esquí y el tenis. Sin embargo, incluso bajar de un bordillo de forma torpe o agacharse demasiado puede causar daño, especialmente en adultos mayores.
Los síntomas típicos incluyen:
- Dolor agudo o doloroso en la rodilla
- Hinchazón que puede empeorar en 24 a 48 horas.
- Dificultad para estirar o doblar completamente la rodilla
- Una sensación de atrapamiento, bloqueo o ceder.
¿Cuándo es la cirugía la opción correcta?
No todas las roturas de menisco requieren cirugía. En muchos casos, especialmente en las roturas pequeñas y estables en la zona roja externa del menisco (donde hay un alto aporte sanguíneo), la fisioterapia, el reposo y los antiinflamatorios pueden ser suficientes.
Pero la cirugía se hace necesaria cuando:
- El desgarro no cicatriza con tratamiento conservador.
- El dolor persiste durante más de 6 a 8 semanas.
- El desgarro es grande, está desplazado o provoca síntomas mecánicos como bloqueo.
- El paciente desea volver a practicar deporte o a llevar un estilo de vida físicamente exigente.
- El desgarro está en una zona poco vascularizada y es poco probable que sane por sí solo.
Una resonancia magnética generalmente confirma el diagnóstico y ayuda al cirujano ortopédico a decidir el mejor curso de acción.
Preparación para la cirugía de menisco
Una vez recomendada la cirugía, comienza la preparación. Esta fase incluye medidas físicas y logísticas para garantizar una experiencia sin complicaciones.
- Evaluación preoperatoria: Se le realizará una evaluación completa, que incluye imágenes (generalmente una resonancia magnética), exploración física y autorización médica si es necesario (especialmente en pacientes con comorbilidades). También es habitual realizar análisis de sangre y una evaluación anestésica.
- Ajustes en el estilo de vida. Su médico podría recomendarle que deje de tomar ciertos medicamentos, como anticoagulantes, unos días antes de la cirugía. Se recomienda a los fumadores que dejen de fumar, ya que fumar puede retrasar la cicatrización.
- Planificación de la recuperación. Organice que alguien lo acompañe al hospital o la clínica. Es posible que necesite muletas, una rodillera o compresas de hielo en casa. También es útil organizar su espacio vital para minimizar la necesidad de subir escaleras o transitar por esquinas estrechas durante la fase inicial de recuperación.
Qué esperar en el quirófano
La cirugía de desgarro de menisco suele realizarse artroscópicamente, lo que significa que es mínimamente invasiva. La mayoría de los procedimientos duran menos de una hora y se realizan con anestesia regional (raquídea) o general.
Hay dos tipos principales de procedimientos de menisco:
1. Reparación de menisco
Los cirujanos utilizan suturas para unir los bordes desgarrados del menisco. Este método se prefiere en personas jóvenes y activas, y cuando el desgarro se encuentra en la zona roja. Preserva la función de la rodilla y reduce el riesgo de artritis a largo plazo.
2. Meniscectomía parcial
Si el desgarro se encuentra en la zona blanca avascular o es demasiado complejo para repararlo, se extirpa la porción dañada del menisco. El cartílago restante se alisa para evitar mayor irritación.
Se realizan pequeñas incisiones (generalmente 2 o 3) alrededor de la rodilla para insertar una cámara e instrumental quirúrgico. El interior de la rodilla se visualiza en un monitor y el procedimiento se realiza con precisión y con mínimo daño tisular.
Recuperación, rehabilitación y regreso a la vida
Lo que sucede después de la cirugía depende del tipo de procedimiento realizado. Pero, en general, esto es lo que puede esperar después de la operación:
Día de la cirugía
- Pasará algunas horas en recuperación antes de regresar a casa el mismo día (en la mayoría de los casos).
- Le vendarán la rodilla y posiblemente le colocarán un aparato ortopédico.
- Es posible que se necesiten muletas para limitar la carga de peso, especialmente después de una reparación.
- El dolor generalmente se puede controlar con medicamentos de venta libre o con un tratamiento corto de analgésicos recetados.
Semana 1-2
- El objetivo es reducir la hinchazón y mantener el rango de movimiento.
- Puede comenzar la fisioterapia dentro de los primeros días.
- Aplique hielo en la rodilla regularmente y manténgala elevada mientras descansa.
- Se fomentan movimientos ligeros y asistidos para evitar la rigidez.
Semana 3–6
- La fisioterapia se intensifica para incluir ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad.
- La carga de peso aumenta gradualmente dependiendo del tipo de cirugía.
- Si le realizaron una meniscectomía parcial, es posible que le permitan realizar actividades de bajo impacto a partir de la semana 4.
- Para las reparaciones, la rehabilitación es más lenta y estructurada para permitir la curación de las suturas.
Mes 2–4
- Continuarás desarrollando fuerza y restaurando el equilibrio.
- Los niveles de actividad aumentan y puedes reanudar el ciclismo, la natación o los entrenamientos controlados en el gimnasio.
- Los corredores y atletas generalmente comienzan el entrenamiento específico del deporte después de la autorización completa.
Para el mes 4–6
- La mayoría de los pacientes regresan a su actividad plena, incluidos los deportes, en esta etapa (especialmente después de la meniscectomía).
- Los pacientes que se sometieron a una reparación de menisco pueden necesitar un tiempo un poco más largo para volver a practicar deportes de alto impacto.
¿Mi rodilla volverá a estar igual?
Esta es una de las preguntas más frecuentes, y la buena noticia es que, en la mayoría de los casos, sí. Muchos pacientes recuperan su nivel de actividad previo a la lesión, y los atletas suelen retomar la competición sin limitaciones.
Sin embargo, los resultados a largo plazo dependen de:
- La extensión y la ubicación del desgarro.
- La calidad de la reparación o remoción
- Su edad y estado de salud basal
- Adherencia a los protocolos de rehabilitación
- Evitar actividades de alto riesgo demasiado pronto después de la cirugía
Si bien algunos pacientes pueden notar rigidez ocasional o dolor leve durante cambios climáticos o actividades intensas, estos síntomas generalmente son manejables.
Consejos para una recuperación sin problemas
- Cumpla con su programa de fisioterapia.
La rehabilitación es clave para recuperar la fuerza, la flexibilidad y la función articular. No se salte las sesiones ni se apresure. - Comer para curarse Una dieta rica en alimentos antiinflamatorios, proteínas magras e hidratación favorece la reparación de los tejidos y la salud de las articulaciones.
- Escucha a tu cuerpo. El dolor es la forma que tiene tu rodilla de decirte «más despacio». Esforzarte demasiado y demasiado rápido puede provocar contratiempos.
- Siga los consejos médicos Desde el uso del aparato ortopédico hasta la medicación, las instrucciones posoperatorias de su cirujano se adaptan a su caso; no las ignore.
La cirugía no es el final, es el comienzo.
La cirugía de desgarro de menisco no se trata solo de reparar una rodilla, sino de recuperar la confianza en el movimiento, retomar la rutina y vivir sin dolor. Gracias a los avances en las técnicas artroscópicas, la mayoría de los pacientes experimentan un tiempo de recuperación mínimo y excelentes resultados.
Ya sea que sea un atleta experimentado o alguien que simplemente quiera caminar, hacer caminatas o jugar con sus hijos sin dolor, la recuperación de un menisco desgarrado es completamente posible con la atención quirúrgica adecuada y un poco de paciencia.
Si ha estado lidiando con dolor persistente de rodilla o sospecha una lesión de menisco, no espere. Una consulta ortopédica podría ser el primer paso para recuperar su movilidad y tranquilidad.