¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria se refiere a la incapacidad de controlar la orina, lo que provoca pérdidas involuntarias. Puede variar desde pérdidas ocasionales al toser o estornudar hasta la pérdida total del control de la vejiga. Si bien la incontinencia urinaria puede afectar a personas de todas las edades, es más común en adultos mayores.

 

Tipos de incontinencia urinaria

La incontinencia urinaria se puede clasificar en diferentes tipos: la incontinencia de esfuerzo se produce cuando actividades físicas como toser, estornudar o levantar objetos aumentan la presión sobre la vejiga, provocando pérdidas de orina. La incontinencia de urgencia, también conocida como vejiga hiperactiva, implica una necesidad repentina e intensa de orinar, a menudo seguida de pérdida involuntaria de orina. La incontinencia por rebosamiento se produce cuando la vejiga no se vacía por completo, lo que provoca goteo constante o pequeñas cantidades de orina frecuentes. La incontinencia funcional se debe a deficiencias físicas o cognitivas que impiden llegar al baño a tiempo. La incontinencia mixta implica una combinación de dos o más tipos de incontinencia.

Causas de la incontinencia urinaria

Varios factores contribuyen a la incontinencia urinaria, incluidos el envejecimiento, el embarazo, el parto, la menopausia, problemas de próstata, trastornos neurológicos y ciertos medicamentos.

 

Diagnóstico de la incontinencia urinaria

El diagnóstico de la incontinencia urinaria implica consultar con un profesional de la salud, quien evaluará el historial médico, los síntomas y los hábitos de vida. Las pruebas pueden incluir exámenes físicos, análisis de orina y pruebas de función vesical para identificar el tipo y la causa de la incontinencia.

 

¿Cómo se trata la incontinencia urinaria?

Las opciones de tratamiento para la incontinencia urinaria incluyen: intervenciones conductuales y de estilo de vida, como ejercicios del suelo pélvico, entrenamiento vesical e ir al baño de forma programada; medicamentos como antimuscarínicos y agonistas beta-3 para controlar la actividad vesical; dispositivos médicos como pesarios para sujetar la vejiga y reducir la incontinencia de esfuerzo; técnicas de fisioterapia, como biorretroalimentación y estimulación eléctrica, para fortalecer los músculos pélvicos; procedimientos quirúrgicos como la implantación de cabestrillo, la suspensión del cuello vesical o la colocación de un esfínter urinario artificial en casos graves; y modificaciones del estilo de vida, como mantener un peso saludable, evitar irritantes vesicales y dejar de fumar, para mejorar la salud vesical.

¿Se puede prevenir la incontinencia urinaria?

Si bien no todos los casos se pueden prevenir, el riesgo de incontinencia urinaria se puede reducir mediante: ejercicios del suelo pélvico para fortalecer el control de la vejiga; mantener un peso saludable para minimizar la presión sobre la vejiga; mantenerse hidratado y evitar el consumo excesivo de líquidos antes de acostarse; evitar irritantes de la vejiga como la cafeína y el alcohol; y controlar enfermedades crónicas como la diabetes y la tos crónica que pueden contribuir a la incontinencia.

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