Cirugía de rodilla: una guía completa

La cirugía de rodilla es un procedimiento médico común que se utiliza para abordar una amplia gama de problemas que afectan la articulación de la rodilla, incluyendo lesiones, enfermedades degenerativas y anomalías estructurales. La rodilla es una de las articulaciones más complejas y utilizadas del cuerpo humano, y es esencial para movimientos cotidianos como caminar, correr, sentarse y estar de pie. Cuando la rodilla está dañada o afectada por una enfermedad, puede ser necesaria una cirugía para restaurar la movilidad y aliviar el dolor.

En este artículo, exploraremos los tipos de cirugías de rodilla, cuándo es necesaria la cirugía, qué implican los procedimientos, las expectativas de recuperación, los riesgos y cómo garantizar una curación óptima después de la operación.

Cirugía de rodilla
Cirugía de rodilla

Anatomía de la articulación de la rodilla

Antes de profundizar en los procedimientos quirúrgicos, conviene comprender la anatomía básica de la rodilla. La rodilla es una articulación en bisagra compuesta por tres huesos principales:

  • Fémur (hueso del muslo)
  • Tibia (hueso de la espinilla)
  • Rótula

Estos huesos están conectados por ligamentos, amortiguados por cartílago y soportados por músculos y tendones. El menisco (un tipo de cartílago) actúa como amortiguador entre el fémur y la tibia. La articulación también está envuelta en una cápsula llena de líquido sinovial, que ayuda a lubricar y proteger la rodilla.

 

Tipos de cirugía de rodilla

Existen varios tipos de cirugías de rodilla, cada una diseñada para tratar afecciones específicas. Los procedimientos más comunes incluyen:

1. Cirugía artroscópica de rodilla

La artroscopia es un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en insertar una pequeña cámara (artroscopio) e instrumentos en la rodilla a través de pequeñas incisiones. Se utiliza comúnmente para:

  • Reparar el menisco roto
  • Quitar cartílago suelto o fragmentos de hueso
  • Tratar lesiones de ligamentos (por ejemplo, reconstrucción del ligamento cruzado anterior)
  • Diagnosticar dolor de rodilla inexplicable

2. Reemplazo total de rodilla (artroplastia)

Este procedimiento consiste en reemplazar las partes dañadas o desgastadas de la articulación de la rodilla con componentes artificiales (prótesis). Generalmente se recomienda para pacientes con osteoartritis grave o artritis reumatoide que no han respondido a otros tratamientos.

3. Reemplazo parcial de rodilla

Se reemplaza solo la parte dañada de la rodilla, preservando al máximo la estructura natural de la misma. Esta es una opción para pacientes con daño limitado a una sola parte de la rodilla.

4. Reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA)

El ligamento cruzado anterior (LCA) es clave para la estabilidad de la rodilla. La reconstrucción del LCA implica reemplazar el ligamento roto con un injerto, que puede provenir del propio paciente (autoinjerto) o de un donante (aloinjerto).

5. Reparación de menisco

Dependiendo de la gravedad y la ubicación del desgarro, el menisco puede repararse, extirparse parcialmente (meniscectomía) o, en casos raros, reemplazarse con tejido de donante (trasplante de menisco).

6. Osteotomía

Esto implica cortar y realinear los huesos para aliviar la presión sobre la parte dañada de la rodilla. Se suele utilizar en pacientes jóvenes con artritis en etapa temprana y se considera una alternativa que preserva la articulación al reemplazo total de rodilla.

 

Indicaciones para la cirugía de rodilla

La cirugía de rodilla no siempre es la primera opción y suele recomendarse cuando los tratamientos conservadores (como fisioterapia, medicamentos o inyecciones) no alivian el dolor. Las indicaciones para la cirugía de rodilla pueden incluir:

  • Dolor crónico de rodilla que interfiere con las actividades diarias.
  • Rango de movimiento limitado
  • Hinchazón e inflamación persistentes
  • Inestabilidad articular o flexión frecuente de la rodilla
  • Daño estructural visible en imágenes (resonancia magnética o rayos X)
  • Lesiones deportivas (por ejemplo, desgarro del ligamento cruzado anterior, menisco)
  • Enfermedades degenerativas como la osteoartritis o la artritis reumatoide

 

Preparación para la cirugía

La preparación para la cirugía de rodilla generalmente implica:

  • Evaluación médica y examen físico
  • Estudios de imagen (resonancia magnética, tomografía computarizada o radiografías)
  • Análisis de sangre y otras pruebas preoperatorias
  • Suspender ciertos medicamentos (según lo recomendado por el cirujano)
  • Organizar el apoyo posoperatorio (como ayuda en casa)

También se puede aconsejar a los pacientes que fortalezcan sus músculos y mejoren la flexibilidad a través de un programa de prehabilitación.

 

El procedimiento quirúrgico

El procedimiento quirúrgico varía según el tipo de cirugía. A continuación, se presenta una descripción general:

Durante la cirugía artroscópica:

  • Se realiza bajo anestesia regional o general.
  • Se realizan pequeñas incisiones alrededor de la rodilla.
  • Se insertan el artroscopio y los instrumentos.
  • El cirujano repara o elimina el tejido dañado.
  • El procedimiento dura entre 30 minutos y 2 horas.

Durante el reemplazo total de rodilla:

  • Se administra anestesia general o raquídea.
  • Se realiza una incisión de 8 a 10 pulgadas en la parte delantera de la rodilla.
  • Se eliminan el cartílago y el hueso dañados.
  • Se implantan componentes articulares artificiales
  • El procedimiento tarda entre 1,5 y 3 horas.

Después de la cirugía, los pacientes son monitoreados en una sala de recuperación antes de ser transferidos a una habitación del hospital o ser dados de alta para regresar a sus hogares, dependiendo del tipo de cirugía y la condición del paciente.

 

Recuperación y rehabilitación

Los tiempos de recuperación varían considerablemente según el procedimiento y la salud individual. A continuación, una guía general:

Recuperación de la cirugía artroscópica

  • La mayoría de los pacientes se van a casa el mismo día.
  • Es posible que se necesiten muletas o aparatos ortopédicos temporalmente.
  • La fisioterapia comienza a los pocos días.
  • Recuperación completa en 4 a 6 semanas.

Recuperación del reemplazo total de rodilla

  • Estancia hospitalaria de 1 a 3 días
  • Fisioterapia intensiva durante varias semanas.
  • Uso de andador o muletas durante la fase inicial
  • Podrá conducir después de 4 a 6 semanas
  • Recuperación completa en 3 a 6 meses, a veces hasta un año.

Consejos de rehabilitación

  • Siga todas las instrucciones postoperatorias.
  • Participar activamente en fisioterapia
  • Use analgésicos según lo prescrito
  • Mantener una dieta saludable para favorecer la curación.
  • Evite actividades de alto impacto hasta que su médico lo autorice.

 

Riesgos y complicaciones

Como cualquier cirugía, los procedimientos de rodilla conllevan ciertos riesgos, aunque las complicaciones son relativamente poco frecuentes cuando son realizados por cirujanos experimentados. Los posibles riesgos incluyen:

  • Infección
  • coágulos de sangre
  • Lesión de nervios o vasos sanguíneos
  • Falla o aflojamiento del implante (en cirugías de reemplazo)
  • Dolor o rigidez persistente
  • Reacción adversa a la anestesia

Para minimizar los riesgos, los pacientes deben seguir las instrucciones de su cirujano y asistir a todas las citas de seguimiento.

 

Tasas de éxito y resultados

La cirugía de rodilla suele tener una alta tasa de éxito, especialmente en el caso de los reemplazos totales de rodilla. Los estudios demuestran que:

  • Más del 90% de los pacientes de reemplazo total de rodilla experimentan un alivio significativo del dolor y una mejor movilidad.
  • La reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) restaura la estabilidad en el 85-95% de los casos
  • Los procedimientos artroscópicos dan resultados positivos para muchos pacientes, especialmente deportistas.

Los resultados a largo plazo mejoran con una rehabilitación adecuada, cambios en el estilo de vida y manteniendo un peso saludable.

 

Cuándo contactar a un médico

Después de la cirugía, es fundamental estar atento a posibles complicaciones. Consulte con su médico si experimenta:

  • Fiebre superior a 101 °F (38,3 °C)
  • Aumento del enrojecimiento o supuración en el sitio de la incisión.
  • Dolor intenso o en aumento
  • Hinchazón que no mejora
  • Dolor en la pantorrilla o dificultad para respirar (posibles signos de un coágulo de sangre)

 

Conclusión

La cirugía de rodilla ha evolucionado significativamente gracias a los avances en tecnología médica y técnicas quirúrgicas. Ya sea que sufra una lesión deportiva, artritis o dolor crónico de rodilla, existen opciones quirúrgicas eficaces que pueden restaurar la función y mejorar su calidad de vida.

Sin embargo, la cirugía es solo una parte del proceso de recuperación. El compromiso con la rehabilitación, la comunicación abierta con su equipo médico y un enfoque proactivo hacia su salud le ayudarán a garantizar el mejor resultado posible. Siempre consulte con un especialista en ortopedia para determinar el tratamiento más adecuado para su afección específica.

 

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