La fiebre es una de las reacciones más comunes del cuerpo ante una infección, pero a pesar de lo familiar que resulta, muchas personas aún desconocen la mejor manera de medirla o qué hacer cuando aparece. Ya seas padre o madre con un hijo enfermo o un adulto que se siente mal, comprender cómo controlar correctamente la temperatura corporal puede marcar una gran diferencia en tu respuesta a la enfermedad.
En el Hospital Erdem, con 37 años de experiencia en atención centrada en el paciente, creemos que el conocimiento médico accesible es tan importante como un tratamiento de calidad. Aquí le explicamos lo que necesita saber sobre la fiebre, incluyendo cómo medirla con precisión y cuándo buscar atención médica.

¿Qué es la fiebre?
La fiebre es una temperatura corporal elevada, generalmente definida como una temperatura central de 38 °C (100,4 °F) o superior. No es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que suele indicar una infección, inflamación u otra respuesta inmunitaria. El cuerpo eleva su termostato interno para combatir virus y bacterias, que son sensibles al calor.
En los adultos, una fiebre leve puede significar simplemente que el sistema inmunitario está funcionando correctamente. En los niños, suele acompañar a enfermedades comunes como resfriados o infecciones de oído. Si bien la fiebre puede ser incómoda, no siempre es motivo de pánico.
¿Cuál es la temperatura corporal normal?
La temperatura corporal normal puede variar ligeramente de una persona a otra, pero la temperatura oral promedio ronda los 36,5 °C a 37,4 °C (97,7 °F a 99,3 °F). Puede fluctuar a lo largo del día debido a la actividad, los niveles hormonales o incluso la hora del día.
Los siguientes rangos pueden servir como pautas generales:
- Normal : hasta 37,4 °C (99,3 °F)
- Elevado : 37,5 °C a 37,9 °C (99,5 °F a 100,2 °F)
- Fiebre : 38,0 °C y más (100,4 °F y más)
Los mejores métodos para medir la fiebre
No todos los termómetros son iguales. Diferentes tipos y técnicas pueden producir resultados distintos, y la precisión es especialmente importante al monitorear a bebés, pacientes mayores o personas con problemas de salud subyacentes.
Estos son los métodos más comunes:
1. Temperatura oral (boca)
Apta para adultos y niños mayores, esta es una de las formas más comunes de medir la temperatura. Asegúrese de que la persona no haya comido ni bebido nada caliente ni frío durante al menos 15 minutos antes.
2. Temperatura rectal
Este método proporciona la medición más precisa de la temperatura corporal central y se recomienda para bebés menores de 3 meses. Las lecturas rectales suelen ser aproximadamente 0,5 °C más altas que las orales.
3. Temperatura axilar (debajo del brazo)
Aunque es fácil de usar, este método es menos preciso. Se recomienda utilizarlo como herramienta de detección rápida, no como método de diagnóstico.
4. Temperatura timpánica (del oído)
Los termómetros de oído especiales pueden dar una lectura fiable, pero una colocación incorrecta puede provocar errores. Son ideales para niños mayores de 6 meses.
5. Temperatura de la arteria temporal (frente)
Este método sin contacto es cada vez más popular por su comodidad e higiene, especialmente en clínicas y hospitales. Sin embargo, los resultados pueden verse afectados por el sudor o la temperatura ambiente.
¿Cuándo es peligrosa la fiebre?
Una fiebre leve no siempre es motivo de preocupación. Pero en algunos casos, es necesaria atención médica.
Busque ayuda si:
- Un adulto tiene fiebre superior a 39 °C (102,2 °F) que dura más de dos días.
- Un niño menor de 3 meses tiene una temperatura rectal superior a 38 °C (100,4 °F)
- La fiebre se acompaña de dolor de cabeza intenso, sarpullido, dificultad para respirar, confusión o vómitos persistentes.
- Una persona con una enfermedad crónica (por ejemplo, diabetes, enfermedad cardíaca) presenta fiebre.
- La fiebre persiste a pesar de los antipiréticos como el paracetamol o el ibuprofeno.
¿Qué debe hacer usted cuando tiene fiebre?
Si usted o su hijo tiene fiebre leve:
- Manténgase hidratado con agua, infusiones o bebidas electrolíticas.
- Descansar para apoyar el sistema inmunológico
- Use ropa ligera y mantenga la habitación a una temperatura moderada.
- Utilice reductores de fiebre si lo recomienda un médico.
Evite abrigarse demasiado o tomar duchas frías ya que pueden causar más daño que beneficio al interferir con los mecanismos naturales de regulación del cuerpo.
En caso de duda, pide ayuda
Si bien la atención domiciliaria suele ser suficiente para casos de fiebre leve, a veces es esencial una evaluación profesional, especialmente cuando los síntomas empeoran o persisten. En el Hospital Erdem, nuestro experimentado equipo médico está aquí para brindarle un diagnóstico confiable y una atención compasiva.
Ya sea que estés controlando la fiebre de un niño o tengas dudas sobre tus propios síntomas, no dudes en contactar a un profesional de la salud. La fiebre es la forma en que el cuerpo indica que algo no anda bien. Escucharla y saber cómo reaccionar puede ayudarte a sanar más rápido y de forma más inteligente.
Hospital Erdem: empoderando a los pacientes con conocimiento y atención
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