La hiperplasia prostática benigna (HPB) es una afección común que afecta a hombres mayores y se caracteriza por el agrandamiento no canceroso de la próstata. Este agrandamiento puede provocar síntomas urinarios y afectar significativamente la calidad de vida. Si bien la HPB no pone en peligro la vida, sus síntomas pueden ser molestos y empeorar si no se trata. Afortunadamente, existe una amplia gama de opciones de tratamiento, desde cambios en el estilo de vida y medicamentos hasta terapias mínimamente invasivas y procedimientos quirúrgicos.
En este artículo, exploraremos todo lo que necesita saber sobre el tratamiento de la HBP, incluido cuándo buscar tratamiento, las opciones disponibles y qué esperar.

Entendiendo la HPB
La próstata es una pequeña glándula ubicada debajo de la vejiga y delante del recto. Rodea la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el pene. A medida que los hombres envejecen, la próstata tiende a agrandarse. Este proceso se ve influenciado por los cambios hormonales, en particular los relacionados con la testosterona y la dihidrotestosterona (DHT).
Una próstata agrandada puede comprimir la uretra, provocando diversos síntomas urinarios como:
- Micción frecuente, especialmente durante la noche (nicturia)
- Dificultad para iniciar la micción
- Chorro de orina débil o que se detiene y comienza
- Sensación de vaciado incompleto de la vejiga
- Urgencia de orinar
- Goteo al final de la micción
Si bien estos síntomas son comunes, también pueden indicar otras afecciones, como infecciones del tracto urinario (ITU) o cáncer de próstata, por lo que un diagnóstico adecuado es esencial.
Diagnóstico de la HBP
El diagnóstico de la HBP comienza con una evaluación exhaustiva realizada por un profesional de la salud. Esta generalmente incluye:
- Historial médico y revisión de síntomas: el cuestionario International Prostate Symptom Score (IPSS) se utiliza a menudo para evaluar la gravedad de los síntomas.
- Examen rectal digital (DRE): el médico verifica el tamaño y la forma de la próstata.
- Análisis de orina: para descartar infecciones o sangre en la orina.
- Prueba de antígeno prostático específico (PSA): Los niveles elevados de PSA pueden sugerir agrandamiento de la próstata, pero también pueden indicar cáncer de próstata.
- Prueba de flujo urinario: mide la fuerza y la cantidad del flujo de orina.
- Prueba de volumen residual posmiccional: determina cuánta orina queda en la vejiga después de orinar.
- Pruebas de imagen: En determinados casos se puede realizar una ecografía o una cistoscopia.
Opciones de tratamiento para la HBP
El tratamiento de la HBP depende de la gravedad de los síntomas, el tamaño de la próstata, la edad, el estado general de salud y las preferencias del paciente. Las opciones de tratamiento se dividen en varias categorías:
1. Espera vigilante (vigilancia activa)
Los hombres con síntomas leves o inoportunos podrían no necesitar tratamiento inmediato. En cambio, se les realiza un seguimiento regular mediante chequeos para controlar la progresión de los síntomas. A menudo se recomiendan cambios en el estilo de vida, como:
- Reducir el consumo de cafeína y alcohol
- Limitar la ingesta de líquidos por la noche
- Practicando técnicas de entrenamiento de la vejiga
- Evitar medicamentos que puedan empeorar los síntomas, como descongestionantes o antihistamínicos.
2. Medicamentos
Los medicamentos suelen ser el tratamiento de primera línea para los síntomas moderados a graves de la HBP. Las clases de fármacos más comunes incluyen:
a. Bloqueadores alfa
Estos medicamentos relajan los músculos de la próstata y el cuello de la vejiga, lo que mejora el flujo urinario y reduce los síntomas. Actúan rápidamente, a menudo en cuestión de días o semanas.
Bloqueadores alfa comunes:
- Tamsulosina (Flomax)
- Alfuzosina (Uroxatral)
- Doxazosina (Cardura)
- Silodosina (Rapaflo)
Los efectos secundarios pueden incluir mareos, fatiga o problemas de eyaculación.
b. Inhibidores de la 5-alfa reductasa (5-ARI)
Estos medicamentos reducen el tamaño de la próstata al bloquear la hormona DHT, que contribuye a su crecimiento. Pueden tardar de 3 a 6 meses en mostrar efectos notables.
5-ARI comunes:
- Finasterida (Proscar)
- Dutasterida (Avodart)
Los efectos secundarios incluyen disminución de la libido, disfunción eréctil y reducción del volumen del semen.
c. Terapia combinada
A veces, los alfabloqueantes y los 5-ARI se utilizan juntos para lograr una mayor eficacia, especialmente en hombres con próstatas significativamente agrandadas.
d. Inhibidores de la fosfodiesterasa-5
Tadalafil (Cialis), comúnmente utilizado para la disfunción eréctil, también está aprobado para tratar los síntomas de la HBP, particularmente cuando la DE y la HBP coexisten.
3. Tratamientos mínimamente invasivos
Para los pacientes que no responden bien a los medicamentos o prefieren evitar la cirugía, los procedimientos mínimamente invasivos ofrecen alternativas efectivas con tiempos de recuperación más rápidos.
a. Termoterapia transuretral por microondas (TUMT)
Este procedimiento utiliza energía de microondas para calentar y destruir el exceso de tejido prostático. Se realiza de forma ambulatoria.
b. Ablación transuretral con aguja (TUNA)
TUNA administra energía de radiofrecuencia de baja intensidad mediante agujas que se insertan en la próstata. Es una opción segura para síntomas moderados.
c. Elevación uretral prostática (sistema UroLift)
UroLift consiste en la colocación de pequeños implantes que elevan y separan el tejido prostático agrandado de la uretra, mejorando así el flujo urinario. Se realiza con anestesia local y presenta un bajo riesgo de efectos secundarios sexuales.
d. Terapia de vapor de agua Rezūm
Rezūm utiliza vapor para destruir el exceso de tejido prostático. Es una opción novedosa y mínimamente invasiva con resultados prometedores.
4. Tratamientos quirúrgicos
Se recomienda la cirugía para hombres con síntomas graves, complicaciones como retención urinaria, infecciones urinarias recurrentes, cálculos en la vejiga o cuando otros tratamientos han fallado.
a. Resección transuretral de la próstata (RTUP)
La RTUP es el procedimiento quirúrgico más común para la HBP. Consiste en extirpar tejido prostático mediante un resectoscopio que se inserta a través de la uretra. La RTUP es muy eficaz, pero requiere hospitalización y cateterización durante unos días.
b. Enucleación de próstata con láser de holmio (HoLEP)
La HoLEP utiliza un láser para extirpar grandes cantidades de tejido prostático. Es ideal para próstatas muy grandes y presenta un menor riesgo de sangrado.
c. Prostatectomía abierta o asistida por robot
Esta técnica se reserva para próstatas muy grandes. El cirujano realiza una incisión abdominal para extirpar el tejido prostático. El tiempo de recuperación es mayor en comparación con las opciones mínimamente invasivas.
Gestión de expectativas y seguimiento
El tratamiento de la HBP suele ser muy eficaz, especialmente si se adapta a cada paciente. Sin embargo, es fundamental realizar un seguimiento para detectar la recurrencia de los síntomas, los efectos secundarios de los medicamentos o la aparición de nuevas complicaciones.
Tras la cirugía, algunos hombres pueden experimentar incontinencia temporal o eyaculación retrógrada (entrada de semen en la vejiga durante el orgasmo). Estos problemas suelen ser controlables y mejoran con el tiempo.
Conclusión
La HPB es una afección común y tratable que afecta a millones de hombres en todo el mundo. Gracias a los avances en terapias médicas y técnicas mínimamente invasivas, la mayoría de los pacientes pueden lograr un alivio significativo de los síntomas sin recurrir a una cirugía mayor. El diagnóstico temprano y la comunicación fluida con un profesional de la salud son esenciales para elegir la mejor estrategia de tratamiento.
Ya sea a través de modificaciones en el estilo de vida, medicamentos o procedimientos avanzados, los hombres con HPB tienen muchas herramientas disponibles para recuperar el control de su salud urinaria y mejorar su calidad de vida.
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